Max Raabe: Ich Bin Das Nacht Gespenst

Hablar de cabaret lleva inevitablemente a hablar de Alemania, de la República de Weimar y de una época que marcó un estilo peculiar posteriormente extendido en todo el mundo.

Porque el cabaret no es solamente un escape a la represión política de un determinado momento y de algunas determinadas clases sociales, sino también un escape a la moral imperante y a la propia represión, cuando se habla de temas sexuales, pícaros y traviesos.

Max Raabe ha intentado rescatar ese sonido a través de sus grabaciones, y posteriormente con la creación de la Palast Orchester o Palace Orchestra, viajando por todo el mundo y difundiendo las canciones de esas épocas, o bien, haciendo versiones chuscas y a la vez muy elegantes, como la parodia a Oops! I did it again, de Britney Spears.

En este video interpreta una canción que hoy ya sonaría inocente en su provocación: "Yo soy el Fantasma de la Noche", lo que en inglés se traduce como "El Boogie man", y que en nuestra cultura se traduciría algo así como "Yo soy el Coco", y que habla de un hombre travieso que se mete a las habitaciones de las mujeres por las noches. La composición es original de un hombre clave en la historia del cabaret alemán y de la resistencia civil artística en la época del terror nazi: Kurt Gerron.

El que nos proporcione la fortuna de escuchar esta música tal como se hubiera escuchado en esa época, hace que Max Raabe merezca un lugar privilegiado en esta lista. ¡A deleitarse!

Leticia Pedrajo: ¡Por qué no te callas!

Haber tenido la oportunidad de convivir con Leticia Pedrajo en el más reciente curso de Dirección de Cabaret que ambas tomamos, me ha hecho posible ampliar el panorama de lo que antes concebía personalmente como "ser cabaretero".

Esta mujer no se etiqueta a sí misma con tal título, se sabe actriz, lo es de profesión, ya que egresó de la UNAM como Licenciada en Literatura Dramática y Teatro -carrera que(snif!) siempre quise estudiar, pero que por alguna extraña razón más buena que mala, no pude-. Y como orgullosa egresada de "nuestra máxima casa de estudios", concibe al cabaret como una oportunidad más de comunicar ideas. Como dice textualmente en su blog: "la forma perfecta de comunicarse con el público y hacer del teatro fuente de alegría, placer, análisis, diversión y reflexión."

Por ello desde que vi algo suyo en el cabaret, me identifiqué con rasgos que después confirmaría con el trato personal:

1. Es profesional. Y no me refiero con esto a un título obtenido de una carrera, sino a la actitud. Procura una buena producción, una buena dirección, y un buen guión. Se exige a sí misma.
2. Es creativa. Y por eso, es una eterna inconforme. Quizá no sabe bien a bien cuál es su búsqueda, como una vez le pregunté, pero está en ello. No está de brazos cruzados. Trabaja, y mucho.
3. Según sus propias palabras, "se vive como un animal político", es comprometida socialmente, y a pesar de que la moda cabaretera sea tirarle pedradas al político en turno, me parece que sus shows no son gratuitos en este sentido, tienen mucho de su propia verdad, tienen una postura un poco más definida que otros montajes que he visto.

Tal vez no la conozco lo suficiente para aseverar demasiadas cosas, pero de que ha sido una gran influencia, lo es. Les dejo con este botón de muestra, y cada quien que opine con base en ello.

Lacrimosa: Not every pain hurts

Afortunadamente conocí a Lacrimosa en una edad en la que ya no pudo seducirme como a tantos jovencitos que se toman muy en serio el concepto que maneja Tilo Wolff en sus letras: obscuridad, eterna soledad, existencialismo exacerbado.

Sin embargo, y sin así quererlo, he podido identificarme con tal pesimismo en momentos muy específicos de mi vida, esos donde quisiera sentirme una idealista estudiante de secundaria, herida por accidente y rescatada por los brazos seductores del verdadero amor.

¡Quién no ha disfrutado de las mieles del dolor por ausencia de cariño! Esta canción sostiene que hay algo de agradable en el sufrimiento, y que eso es precisamente el aprendizaje que te queda para avanzar siempre hacia la luz, aunque en ningún momento escucharemos algo más positivo que esto. Para Tilo y el afortunado hallazgo con la voz de Annie Nurmi, no hay cabida en la existencia para el gozo, si acaso irónicamente, pero en realidad, la felicidad no existe.

Si bien son un grupo altamente rentable, es interesante escuchar su propuesta y deleitarse con el look que ha impuesto moda alrededor del mundo. Precursores del gothic rock, Lacrimosa tiene un lugar en este blog, y de algún modo, en mi vida, aunque de pronto sienta un poquín de miedo escucharlos, y flojera algunas veces. Pero de pronto sus presentaciones llegan a convertirse en verdaderas puestas en escena que nos recuerdan a ese Dark Cabaret del que ya hemos hablado en otras ocasiones. Por eso esta canción está aquí, y se las comparto.

Mario Iván Martínez: Descubriendo a Cri Cri

Seamos sinceros: el público infantil sí es fácil de complacer. Lloran si no les gusta, se impacientan, pero si están acostumbrados a basura, se comen la basura. Se oye fuerte, pero saben a qué me refiero: desde que a gente como Tatiana y su representante se les ocurrió hace algunos años, que cantarle y bailarle a los niños era un gran negocio, muchas cosas espantosas se han hecho en la industria del espectáculo, y mucha gente se ha vuelto millonaria por invertir en productos superfluos y que pronto pasan de moda.



Cada vez encontramos más producciones teatrales y musicales que, aunque se ven muy coloridas y entretenidas, no pasan de ofrecernos algo más que eso. La mayoría de estos shows tratan a los niños como bobos, y claro, los padres que llevan a sus hijos, tienden a tratarlos de igual modo. Es más, ellos mismos disfrutan ser tratados como tontos. ¿O tal vez lo son? Ya no entiendo.



El caso es que la combinación Mario Iván Martínez - Francisco Gabilondo Soler, viene a ser algo así como una cubetada de agua fresca en medio del desierto. Con una larga trayectoria como actor y cantante, este versátil señor ha experimentado en muchos proyectos de cine, teatro, música y televisión, todos ellos exitosos, lo que podría constituir lo que algunos llamarían "una intachable carrera". ¿Y cómo se logra esto? Aparentemente es muy sencillo: 1)amando lo que haces y 2)trabajando incansablemente. El talento ya es lo de menos, aunque en este caso, el señor tiene todo para brindar shows inteligentes, divertidos y lo más difícil de conseguir: que le gusten a todos los públicos, desde los más cultos hasta los más populares.



Se nota el cariño y el trabajo que implica la preparación de shows como este que rescata la obra de Cri Cri. Ir a cualquier cosa que él haga no tiene desperdicio: es actor y cantante de impecable técnica, su producción está muy bien cuidada, es carismático, tiene una buena imagen y el contenido de sus espectáculos es siempre profundo y divertido. Lo único que podría no gustar de pronto es que parece faltarle naturalidad, por lo minuciosamente ensayado que parece estar todo, pero en serio, esto se agradece.



De un artista como este hay que aprender muchas cosas, así que sin más preámbulo, disfruten la entrevista. Verán si no les dan ganas de conocer algo más de él, que tiene mucho para ofrecer no sólo al público infantil , vaya que no. Aplaudan a alguien que no ha dejado de trabajar nunca en esto que es su vida, su pasión. Ý díganme si no se nota ;)

Jaguares: La vida no es igual

Debe ser que me ganó la nostalgia ahora que Jaguares, cuyo nombre original fuera Caifanes, van a reencontrarse en el Festival Vive Latino 2011.

Seguramente, y muy a pesar de los intereses comerciales que puedan enturbiar el hecho, este encuentro de Saúl Hernández y Alfonso André con sus ex compañeros de banda Sabo Romo, Diego Herrera y Alejandro Marcovich, será muy especial. Sobre todo porque fueron voz de una generación peculiarmente obscura, la del Terremoto del '85, la del Rock en tu Idioma, la de la masificación comercial del rock en nuestro país.

Para ciertos sectores de la población, la voz emblemática de Saúl Hernández marcó una época, y no importa lo demás. En pocos lugares podían verse mezclados niños bien con chavos banda como en un concierto de Caifanes, y de Jaguares, después.

Si bien el segundo concepto no fue tan exitoso como el primero, sí ha dado a la voz de Saúl (y a su bolsillo) unos años más para seguir dando lata en el mundo del disco y de las tocadas.

Del álbum Cuando la sangre galopa (2001) se extrae este video, de cuando todavía hacía una que otra letra que buscaba conservar la esencia de la primera banda. Si bien sus esfuerzos parecen cada vez más y más forzados a mantener la misma línea para no perder al público que lo llevara a la fama, este disco podría ser el último del que todavía se rescatan varias canciones. Los demás tienen agujas dentro de un pajar.

El sonido ya es muy distinto, hiperproducido, diría yo, pero lo comparto porque yo fui una de esas chavitas que profesó en su momento una total y real devoción por el 'Caifán mayor', y porque también es el circo un espacio que tiene que ver mucho con los recuerdos de mi infancia: un espectáculo que me producía temor y fascinación a la vez. Un mundo lleno de maravillas fantasiosas y un ambiente de gran arraigo popular.

La música, las letras y la estética de estos señores se identifican con esa parte obscura, seria, furiosa y rebelde que dio pie a una joven adolescente para protestar contra lo que no le parecía que estuviera bien en su vida.

Ya lo que pasó después forma parte de la historia. Hoy no los escucho más, a menos que quiera golpear al mundo y reclamarle por qué diablos es así, y eso lamentablemente me pasa cada vez menos seguido. Ya no hay ídolos, solamente buenos recuerdos.